“Hay un lugar” es el cuarto álbum de estudio del cancionista rioplatense Julián Oroz. Grabado en pandemia entre finales de 2019 y principios de 2020, en el estudio Fábrica de Música, el artista reflexiona acerca de la soledad, el presente y el reencuentro con uno mismo.

Fiel al formato canción y a la fusión de ritmos latinoamericanos que ha caracterizado su camino musical, el músico platense despliega en esta última entrega un recorrido por las distintas influencias que lo han marcado y lo han ayudado a encontrar su lugar, sus canciones.

“Cantarte canciones de Jaime y de Jorge, aquellos maestros que marcaron nuestro norte”, declara en el track 3, “Febrero en Montevideo”. Destellos de Jaime Roos, Jorge Drexler, Atahualpa Yupanqui, Juan Luis Guerra, María Elena Walsh y Alfredo Zitarrosa tienen lugar en Julián, quien apoyado en el poder de las palabras y en lo transformador de la música busca desatar y compartir los pensamientos y emociones transitados durante el período de aislamiento: “La pandemia nos mostró, entre otras cosas, lo efímero de todo. La importancia del presente y de las cosas más sencillas. Aprendimos a valorar el tiempo y el espacio. Añoramos lugares. Evocamos sitios de nuestra vida donde estuvimos. Y también tuvimos que buscar adentro lugares nuevos. ‘Hay un lugar’ habla de todo esto”, reflexiona el autor de los discos anteriores “La Importancia” (2014), “Centellas” (2016) y “Ternura” (2018).

Con los ritmos de la pandemia 2020 el disco fue producido junto a Charly Valerio (con quien también realizó “Centellas” y “Ternura”). Además contó con la participación de Inés Errandonea, Nicolás Soares Netto, Víctor Borgert y Juani Rashplash, Viviana Ghizzoni. El arte de tapa estuvo a cargo de Herlo Ramone y la masterización fue realizada por Andrés Mayo.

Fuente: 0221.com.ar